Pese a la gran incertidumbre que ha predominado las últimas semanas tras las medidas adoptadas respecto al inicio de competición, nuestro primer equipo iba a viajar este domingo a Bilbao para enfrentarse al recién ascendido Gora Grupo Iron a las 12:00 horas. Sin embargo, el Lauburu se ha visto obligado a solicitar el aplazamiento del partido, solicitud que ya ha sido aceptada oficialmente por el CNFS. En cuanto a las causas del aplazamiento, radican en la ausencia de jugadores de la primera plantilla para disputar legalmente el encuentro. Por un lado, la Orden foral 57/2020 del Gobierno de Navarra de 21 de octubre, afecta a 4 de los integrantes del equipo de Segunda B y, por otro, el Decreto 36/2020 del Gobierno Vasco, limita la movilidad de los deportistas que no pertenezcan a equipos semiprofesionales de categoría absoluta.

De ese modo, de haber seguido adelante con el inicio de liga previsto por la RFEF, el encuentro del domingo iba a ser todo un reto. El equipo viene de disputar cuatro amistosos que habían servido para, según declaraba el míster, “no perder la dinámica y el ritmo y seguir ejercitando y ganando confianza”. A su vez, las últimas sesiones estaban sirviendo para buscar más mejoras y el equipo estaba unido, contento y con muchas ganas. No obstante, llegaron nuevas medidas y, con ello, más dificultades que no daban otra opción más que parar.

A partir de ahí, poco más se ha podido hacer. A la espera de nuevas noticias, no hay duda de que las limitaciones de movilidad impuestas están afectando gravemente a nuestra plantilla y al club en su conjunto. Aún así, no hay duda de que nuestros jugadores estaban dispuestos a emplearse a fondo para demostrar que, al margen de todo, siguen luchando por ese ambicioso objetivo que tanto esfuerzo va a requerir.

Nada está siendo fácil. Ante todo, debe primar la responsabilidad y el club ha hecho y sigue haciendo muchísimo trabajo, además de un tremendo esfuerzo para que eso sea así. Somos muy conscientes de los duros momentos que estamos atravesando y sabemos cuáles son las prioridades. Junto con ello e intentando hacer frente a todas las dificultades y falta de ayuda demostrada por la autoridad competente, seguiremos luchando para mantener vivo algo tan especial que nació hace ya 30 años. Porque hay cosas que la mascarilla no va a poder ocultar, como nuestra alegría de ver al Lauburu seguir creciendo, de ver al Lauburu cumplir sus sueños, de ver al Lauburu seguir demostrando cómo la pasión por un deporte puede convertirse en un verdadero tesoro y, aunque parezca paradójico en estos tiempos, en verdadera medicina para el cuerpo.

GOAZEN LAUBURU!!!!