Mentalizados de la importancia de seguir sumando y cumpliendo nuestros objetivos, salíamos de Ibarra a las 8:30 de la mañana hacia Cantabria para enfrentarnos a Castro Urdiales CFS.

El equipo es consciente de que cada enfrentamiento es un reto en esta categoría, pero nadie esperaba un comienzo así para la mañana de domingo. De hecho, el partido no pudo comenzar peor para los morados. Fue llevar a cabo el rival su primer ataque y meter el balón en el fondo de la red cuando apenas habían pasado 40 segundos desde el inicio (1-0). Después, al poco de poner el balón de nuevo en juego, hicimos una falta muy peligrosa provocando el penalti que los rojillos no desaprovechaban para subir el segundo (2-0).

Lejos de venirnos abajo tras haber encajado dos goles en tan poco tiempo, supimos sacar esa fuerza mental que el míster quiso subrayar durante toda la semana. Aún quedaba todo el partido por delante y nuestro equipo supo gestionar bien lo ocurrido; con ganas y con el claro objetivo de olvidar ese primer minuto fatídico. Así lo comentaba también Jota: “A partir del primer minuto, todo ha sido remar y remar para sacar el partido adelante”.

Por tanto, aunque costó reengancharse y teníamos muchas dudas, a poco más de 5 minutos para llegar al descanso, llegaba nuestro primer gol obra de Iñigo (2-1). Tras muchísimas ocasiones, por fin conseguíamos culminar la jugada con un disparo de mucha calidad. Acto seguido, los locales solicitaron tiempo muerto, probablemente para intentar revertir lo ocurrido. No obstante, unos pocos segundos después, Iñigo subía otro al marcador en una contra (2-2) y ponía el tan deseado y esperado empate en el electrónico. A partir de ahí, supimos dominar el balón y, sin más cambios, llegamos al descanso con el 2-2.

Tras la vuelta de vestuarios, el escenario fue totalmente diferente. A diferencia de lo ocurrido en la primera parte, el comienzo de la segunda fue mucho más calmada y el equipo estuvo más centrado. Gracias a ello, tan sólo 2:40 necesitó Antxon para marcar. Tras chocarse con un defensa al borde del área, llegaba nuestro capitán a rematar el balón de cabeza superando así al portero local (2-3).

Ponerse por delante fue muy importante y necesario, pero aún quedaban largos minutos por delante y había que aguantar siendo muy constantes y teniendo mucho cuidado con las faltas. Zumeta solo frente al portero, Dani rozando el poste, Antxon, Juaristi y Raid atacando 3×2… pero el gol que necesitábamos para aumentar distancias no llegaba.

Ya en los últimos minutos del encuentro, las ganas de marcar de ambos equipos eran más que evidentes y los nervios y la tensión provocaban tarjetas amarillas y alguna expulsión. Más adelante, a falta de 5 minutos, no había cambiado aún el marcador y los locales solicitaban tiempo muerto para después intentarlo, como era de esperar, con el juego de 5. Con el peligro que suponía la superioridad del rival en ataque, a punto de escuchar el pitido final y a pesar de que quedaban sólo 15 segundos, la sensación era que nada estaba decidido aún. Sin embargo, supimos aguantar y, a falta de 11 segundos, otro golazo de Iñigo desde la banda derecha sentenciaba el partido (2-4).

Al final del partido Arregui declaraba lo siguiente: “Hemos comenzado el partido muy mal pero hemos ido de menos a más con mucha paciencia y sin arriesgar demasiado en ataque. Poco a poco, hemos ido metiendo presión en defensa y en la segunda parte hemos jugado con más dinámica y con menos miedo. Estamos muy contentos”.

Victoria y 3 puntazos que viajan a Ibarra desde tierras castreñas. Tras volver a sumar de 3, hemos conseguido subir un puesto en la tabla clasificatoria, lo que nos sirve para seguir creyendo firmemente en nuestro objetivo.

GOAZEN LAUBURU!!!!