El Lauburu Ibarra Mahala empató a 2 en su visita a Eskoriatza y continúa sumando puntos por quinta semana consecutiva. Bonito espectáculo el que se pudo ver el pasado sábado en el polideportivo Manuel Muñoz, gradas a tope, partido lleno de tensión y emoción donde el conjunto piparrero cuajó una brillante primera parte y donde se marchó con una renta mínima para el juego y ocasiones desarrolladas en la primera mitad.
El partido comenzó con el Lauburu Ibarra esperando en tres cuartos de pista, cerrando líneas interiores con la intención de recuperar el balón rápido para salir rápidamente a la contra. En ataque, el conjunto piparrero como viene siendo habitual en las últimas jornadas, imprimió mucha velocidad de balón en primera de línea con la intención de coger la espalda al equipo visitante.
Primeros minutos de claro dominio ibartarra donde se pudo poner por delante en dos acciones bien trenzadas. En el minuto 7 de partido Aitor Sánchez marcaba un golazo de estrategia, para poner a los morados por delante en el marcador. 1 minuto más tarde en un robo en primera línea de Asier Aierbe, este cruzaba el balón al portero rival con su pierna izquierda y con mucha maestría.
El partido se ponía muy de cara y dos minutos más tarde Aitor Sánchez y Paul Rueda tuvieron dos acciones clarísimas para introducir el 0-3 y el 0-4 en el marcador. Parecía que el equipo local estaba noqueado pero en este deporte la alternancia de golpes psicológicos, hace que pases de la euforia al sufrimiento en pequeños instantes.
A falta de 3 minutos para el descanso y en una perdida visitante en juego posicional, horriblemente defendida por los piparreros, estos hicieron el 1-2 con el que finalizó la primera mitad. Toda la segunda parte por jugar y resultado corto para los intereses ibartarras.
El partido en la segunda mitad cambio de guión, el conjunto de Eskoriatza, comenzó a ser más vertical y comenzó atacando acciones de 1×1 posicionando el pivote en el ala contraria para que sus jugadores más habilidosos pudieran tener espacios para encarar. Los visitantes por el contrario, se mostraban sólidos en defensa y en ataque comenzaban a ser más imprecisos producto del cansancio acumulado y el buen hacer de los locales.
Los minutos pasaban y ambos equipos tenían acciones peligrosas en las dos áreas donde ninguno conseguía materializarlas. El partido se iba encendiendo poco a poco debido a la tensión que se respiraba en el marcador y en el ambiente. Producto de esa tensión y lo ajustado del marcador el delegado piparrero Kiko Alonso fue expulsado. Demasiado castigo para un partido difícil de controlar en el ambiente y donde el partido en lo que a juego se refiere fue muy limpio, por lo cual el problema principal y como pasa en muchos de los partidos a este nivel, se centra en el rasero de la sexta falta cuando un equipo está en bonus por llevas cinco faltas acumuladas.
A falta de 4 minutos para el final, en una falta al borde del área, los locales empataban el partido y ponía el mismo al rojo vivo. Últimos 4 minutos de partido y los dos equipos jugaron a tumba abierta, los locales estrellaron un balón en el palo y los visitantes fallaron un doble penalti que detuvo increíblemente el portero local a falta de minuto y medio para la conclusión del partido. Con este resultado finalizó un partido en el cual los dos equipos ofrecieron un gran espectáculo y que pudo ganarlo cualquiera en los minutos finales.